Un servidor es de la generación de muchas cosas, como se empeñan en recordarnos muchos anuncios de la televisión. Pero yo me quedo con ser de la generación del pressing catch. Si señores, si, ese teatro de sudorosos y musculosos señores que bailaban a golpe de mamporro animados por un encolerizado público sobre un ring de lucha. Ese soy yo.
Hace poco estaba viendo la televisón matutina cuando escuché una voz familiar, un ronroneo de erres que hizo que se me tronchase una vértebra al girarme. Nada más y nada menos que el gran, el inigualable Hector de Marrrrrrr, retrasmitiendo pressing catch. Raudo, me senté a verlo. Nada, nada que ver el espectáculo de hormonas que salen ahora con los verdaderos hombres de antaño. Por cierto, me comentaba un familiar que cómo me podía gustar esa mierda, que si todo era mentira. Qué me lo diga alguien que se traga toda la información del corazón donde todo es mucha más mentira, pero no salen con mallas y leotardos imposibles tiene cojones.
A lo que íbamos. Aún resuenan en mi cabeza los ecos de mi padre diciéndome, en la adolescencia, que eso era todo mentira, y yo argumentándole con todos mis medios la veracidad de los hechos. El día que el enterrador metió en el ataud al último guerrero ante la pasividad del respetable, comencé a dudar. ¿Pero qué más da?, el cine es también mentira y pagamos por verlo.
Grandes momentos, gigantes momentos me atrevería a decir. Recuerdo con especial nostalgia ese especial de Telecinco a las 21:30 (prime time) para un duelo entre el ultimo guerrero y Hulk Hogan, que duró más que la guerra de los 100 años. Que duelos, que peleas, que combates, que gladiadorrrrrrressssss. Luego ya surgieron tonterías, como las peleas en la jaula y cosas así que, unido a que peinaba pelos canos en los huevos, me hicieron desengancharme. Una pena perder la candidez infantil de este modo.
Expresiones como "pí-quete (notese la tilde) de ojosssss", "la sentadiiiiila", "puntapié en la entrepierna", "la sillita eleeeeectrica" o "el cascanueces" ya se han perdido. Ahora, supongo que habrá otras, pero siempre me quedará en la retina la sentadilla, con el sentadillado corriendo por todo el cuadrilátero como si tuviera una guindilla en el ojete.
Para terminar, tres grandes elementos. "El último guerrero" era el campeón por definición. Cachas, totalmente ido del mundo terrenal, encandilaba al público. Qué recuerdos de "El baile de San Vito, le está dando el baile de San Vito" que gritaba el bueno de Hector cuando el último guerrero comenzaba el baile que precedía al manojo de hostias. Luego teniamos al ultramusculado (para aquella época) y calvo con melena, Hulk Hogan. Un campeón de otras épocas que aguantó hasta mi generación. Por así decirlo, una reliquia al que todos queríamos, pero íbamos con el último de toda la vida.
Y los mejores, los que más me gustaban, los que levantaban del asiento a los espectadores, ¡¡¡los sacamantecas!!! Dos hermanos gemelos que salían con ropa paramilitar, moviendo los brazos de arriba abajo y chupándose los sobacos y las calvas. Era los mejores. Estaban allí por que habían ido. Geniales, geniales, los mejores. No habremos hecho veces los de mi generación esos movimientos mantequiles, de tios viriles de verdad, con barriga cervecera y cara de mala leche. Los mejores. Para los que no los conocieseis, aquí os dejo un documento de una pelea suya (por cierto, contra macho man, que para ser tan macho llevaba unas mallas que te cagas). "Estos no se han lavado en un messsssss".
Jefe, viva la época dorada de Telecinco y la madre que la parió!!!!
P.D: Me dejo en el tintero grandes elementos, como el enterrador, Jimmy "estaca" Dougan, el marinero Tarugo, terremoto Earthquake (Hector del Mar empeñado en que aprendiesemos inglés), y demás fauna que nos alegraba a la chiquillería.
P.D.2: De comer aparte, el público. Que un tierno infante abuchee al enterrador, vale. Pero un tio que puede que tenga una pistola en el bolsillo lo haga, da algo de mieditorrrrrr.
P.D.3: Lástima que el youtube naciera muchos años después del auge en España de este deporte. Hemos perdido grandes momentos.
Hace poco estaba viendo la televisón matutina cuando escuché una voz familiar, un ronroneo de erres que hizo que se me tronchase una vértebra al girarme. Nada más y nada menos que el gran, el inigualable Hector de Marrrrrrr, retrasmitiendo pressing catch. Raudo, me senté a verlo. Nada, nada que ver el espectáculo de hormonas que salen ahora con los verdaderos hombres de antaño. Por cierto, me comentaba un familiar que cómo me podía gustar esa mierda, que si todo era mentira. Qué me lo diga alguien que se traga toda la información del corazón donde todo es mucha más mentira, pero no salen con mallas y leotardos imposibles tiene cojones.
A lo que íbamos. Aún resuenan en mi cabeza los ecos de mi padre diciéndome, en la adolescencia, que eso era todo mentira, y yo argumentándole con todos mis medios la veracidad de los hechos. El día que el enterrador metió en el ataud al último guerrero ante la pasividad del respetable, comencé a dudar. ¿Pero qué más da?, el cine es también mentira y pagamos por verlo.
Grandes momentos, gigantes momentos me atrevería a decir. Recuerdo con especial nostalgia ese especial de Telecinco a las 21:30 (prime time) para un duelo entre el ultimo guerrero y Hulk Hogan, que duró más que la guerra de los 100 años. Que duelos, que peleas, que combates, que gladiadorrrrrrressssss. Luego ya surgieron tonterías, como las peleas en la jaula y cosas así que, unido a que peinaba pelos canos en los huevos, me hicieron desengancharme. Una pena perder la candidez infantil de este modo.
Expresiones como "pí-quete (notese la tilde) de ojosssss", "la sentadiiiiila", "puntapié en la entrepierna", "la sillita eleeeeectrica" o "el cascanueces" ya se han perdido. Ahora, supongo que habrá otras, pero siempre me quedará en la retina la sentadilla, con el sentadillado corriendo por todo el cuadrilátero como si tuviera una guindilla en el ojete.
Para terminar, tres grandes elementos. "El último guerrero" era el campeón por definición. Cachas, totalmente ido del mundo terrenal, encandilaba al público. Qué recuerdos de "El baile de San Vito, le está dando el baile de San Vito" que gritaba el bueno de Hector cuando el último guerrero comenzaba el baile que precedía al manojo de hostias. Luego teniamos al ultramusculado (para aquella época) y calvo con melena, Hulk Hogan. Un campeón de otras épocas que aguantó hasta mi generación. Por así decirlo, una reliquia al que todos queríamos, pero íbamos con el último de toda la vida.
Y los mejores, los que más me gustaban, los que levantaban del asiento a los espectadores, ¡¡¡los sacamantecas!!! Dos hermanos gemelos que salían con ropa paramilitar, moviendo los brazos de arriba abajo y chupándose los sobacos y las calvas. Era los mejores. Estaban allí por que habían ido. Geniales, geniales, los mejores. No habremos hecho veces los de mi generación esos movimientos mantequiles, de tios viriles de verdad, con barriga cervecera y cara de mala leche. Los mejores. Para los que no los conocieseis, aquí os dejo un documento de una pelea suya (por cierto, contra macho man, que para ser tan macho llevaba unas mallas que te cagas). "Estos no se han lavado en un messsssss".
Jefe, viva la época dorada de Telecinco y la madre que la parió!!!!
P.D: Me dejo en el tintero grandes elementos, como el enterrador, Jimmy "estaca" Dougan, el marinero Tarugo, terremoto Earthquake (Hector del Mar empeñado en que aprendiesemos inglés), y demás fauna que nos alegraba a la chiquillería.
P.D.2: De comer aparte, el público. Que un tierno infante abuchee al enterrador, vale. Pero un tio que puede que tenga una pistola en el bolsillo lo haga, da algo de mieditorrrrrr.
P.D.3: Lástima que el youtube naciera muchos años después del auge en España de este deporte. Hemos perdido grandes momentos.
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